Era la temporada 1993/1994 cuando se llegaba a la última jornada de Liga sin un claro vencedor. Toda la temporada se la jugaban a una carta el Barça y el Deportivo, uno de estos dos equipos se llevaría la Liga.
El Deportivo recibía al Valencia, que no se jugaba nada, mientras que el Barça jugaba contra el Sevilla en el Camp Nou. El Dream Team tenía la posibilidad de engrandar su palmarés consiguiendo la cuarta Liga consecutiva y cuatro días después llevarse la segunda copa de Europa de su historia contra el Milán de Sacchi en Atenas. Pero los mejores años del Dream Team ya habían llegado a su final, su plenitud y máximo fútbol habían pasado y ese partido contra el Sevilla y luego contra el Milán marcó el final de un ciclo y de una hegemonía del Barça en todos esos años.
Al Barça, le sonrió la fortuna cómo las ligas anteriores de Tenerife y estuvo a un Penalti de no ganar nada, con lo cerca que estaban la Liga y la Copa de Europa. También era más que posible sonado último partido y adiós de Laudrup con la camiseta blaugrana, y así fue. Después de la euforia de la consecución del título de Liga, el Barça se presentó en Atenas con la posibilidad de conseguir su segunda Copa de Europa, el Milán le endosó un severo correctivo ganando al Barça por 4-0.
Ha sido uno de los partidos que quedaran para la historia del futbol nacional y sobre todo para la dramática memoria deportivista de aquel día. El Deportivo llegaba a la cita con un punto de ventaja sobre el Barcelona, dependían de sí mismos aunque el gol average era favorable al Barça.
El Deportivo hacia 4 temporadas que había ascendido de categoría y había vuelto a primera división. Estaba creando y formando un equipo que en los años posteriores les darían muchas alegrías y que se codearían con los más grandes equipos españoles disputándoles los títulos. En ese equipo, que la temporada anterior había acabado tercero, se encontraban grandes jugadores como Donato, Mauro Silva, Bebeto, Claudio Barragán, Adolfo Aldana, López Rekarte y Liaño, y sobre todo, entrenados por el mítico Arsenio Iglesias. Llegaba a la última jornada con la posibilidad de ganar la Liga contra un equipo que, sin duda- y se ha demostrado posteriormente- iba muy primado por el equipo blaugrana. El Valencia recibió una cuantiosa prima por empatar o ganar el partido. El Deportivo tenía la obligación de ganar el partido para ser campeón, y con más motivo después de la victoria del Barça frente al Sevilla por 5-2.

Este partido le sirvió al Deportivo para madurar como equipo, fue uno de esos partidos que te dan la experiencia para que en años posteriores, saber mejor que hacer en este tipo de situaciones y en estas tensiones y nervios. Los años siguientes a este partido, para el Depor, han sido los mejores de su historia, fueron los años del ‘Super Depor’.
Carlos Camacho Rabanete
El Iniestazo en Twitter
1 comentario:
Y el descenso a segunda, tambien contra el Valencia y tampoco jugándose nada. El destino...
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