Estos últimos días no paramos de escuchar en los informativos deportivos y en las radios hablar de un joven chileno llamado Alexis Sánchez, una perla con un prometedor futuro y con un presente más que esperanzador. Este chico está en boca de todos, se habla maravillas de él y lo sitúan en los grandes clubs europeos. Se habla mucho de sus cualidades y sus virtudes, pero… veamos algo más de él, su otro lado.
Su vida y su infancia: A sus 22 años, ya tiene una gran historia. Alexis Sánchez nació en Tocopilla, una pequeña ciudad del norte de Chile en el año 1988. Proviene de una familia de pescadores muy humildes. Su padre, al no poder mantener a su familia (que eran 4 hermanos y la madre) les abandonó, se fue en busca de trabajo a las minas de María Elena y nunca volvió. Su madre, para poder mantenerlos se desplazaba por los diferentes pueblos de alrededor vendiendo los frutos y los recursos que les proporcionaba el mar. Fue entonces, cuando peor lo estaban pasando, que el tío de Alexis se hizo cargo de la manutención de la familia. Para Alexis fue como un padre.
Alexis jugó al fútbol, al igual que otros muchos jugadores, para poder evadirse de esta pobreza que le rodeaba. Su madre siempre iba pidiendo prestadas botas de futbol para que los técnicos y los equipos a donde iba no le repudiasen. Con 14 años, el alcalde de su ciudad le vio jugar y le regaló unas botas nuevas. A partir de esta edad, con 14 años, empezó a destacar y a fichar por diferentes equipos chilenos y allá por dónde fuera jugaba con chicos que tenían 2 años más que él. En el año 2004 fichó por el Corbeloa, desplazándose 150 km de su hogar. Ese mismo año debutó con el primer equipo en la primera división chilena. Tenía tan sólo 16 años. Por aquel entonces ya jugaba en las categorías inferiores de la selección y el futuro le auguraba grandes éxitos y recalar en grandes equipos.
Cuando firmó su primer contrato profesional y recibió su primer sueldo lo invirtió en su familia y su pueblo. Alexis hizo construir una casa para su madre, sus hermanas y para su tío. Regaló ropa a los niños de su barrio y dio dinero para ayudar al colegio dónde había ido de pequeño.
A los 18 años fue contratado por el Udinese por 3 millones de dólares, el Udinese lo cedió a equipos más importantes y de más nivel para que fuera obteniendo más experiencia. Estuvo 2 años jugando en Colo-Colo y más tarde le cedieron al histórico River Plate, convirtiéndose en una de las estrellas del equipo. Dio finalmente el salto a Europa la temporada 2009/2010 con su club propietario, el Udinese. Al inicio le costó adaptarse al equipo y al Calcio, pero poco a poco se fue convirtiendo en una pieza clave del equipo y fue adquiriendo más protagonismo.
Explotó como gran jugador en el año 2010, disputó un gran Mundial con su selección y su gran actuación esta última temporada le ha permitido hacerse un hueco en las agendas de los clubes Europeos (especialmente la del Barça). Esta temporada ha disputado un total de 28 partidos, anotando 12 goles y dando 11 asistencias, a parte, ha sido escogido mejor jugador de la Serie A por la Gazzetta dello sport.
Seguro que con esta historia, allá donde vaya, se reflejará su humildad, esfuerzo y el trabajo que tiene como valores. Estos valores se los ha dado su vida, lo que ha sufrido y por lo que ha pasado.
Carlos Camacho Rabanete
El Iniestazo enTwitter
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