viernes, 15 de abril de 2011

El día que el fútbol hizo la paz


Hace algo más 96 años, el fútbol sirvió para que se hiciera la paz en una situación en la que es realmente difícil que pueda ser así. Nos situamos en el 24 de diciembre de 1914, es decir, en plena I Guerra Mundial. En Francia y Bélgica se extendía una enrome trinchera, en la que luchaban por sobrevivir soldados alemanes, franceses y belgas. Las sangrías de muertos eran constantes, e incluso había una zona llamada "La Tierra de Nadie", en la que se acumulaban restos de armas, ropa e incluso de cuerpos de hombres fallecidos por su país.

Como se intuye por el día, eran fechas señaladas, por lo que los alemanes decidieron colocar adornos navideños en su zona. Árboles y luces eran lo que les habían enviado desde Alemania. Los soldados cantaron y cantaron durante toda la noche, lo que acabó contagiando al ejército inglés, muy cercano a ellos. El espíritu navideño hizo que los "rivales" empezaran a acercar posturas, deseándose unas felices fiestas.

Un pequeño número de oficiales, de los dos bandos, decidió salir de las trincheras. El hecho de que estuvieran a menos de cinco metros y no se escucharan tiros, era extraño pero mágico. Debido a esto, batallones enteros salieron a estrecharse la mano y a abrazarse con el bando rival. Intercambiaron presentes, y lo                 que más nos importa para este blog, jugaron un partido de fútbol. El resultado fue 3-2 a favor de los alemanes - quizás venga de ahí los buenos Mundiales que han hecho -. La tregua era ya un hecho, e incluso se extendió algunas semanas.

Pero al contrario que los cuentos, el transcurso fue feliz, pero el final triste. En cuanto los superiores se enteraron de esto, ordenaron batallas inmediatas,  amenazando a sus respectivos ejércitos de "traición a la patria" si no lo hacían.
 
Por suerte, hoy conocemos esta historia gracias a las cartas y a los testimonios de los protagonistas.

Para mí, es la historia más preciosa relacionado con el fútbol. Dos ejércitos rivales inmersos en una terrible Guerra Mundial confraternizaron y dejaron a un lado los pensamientos estratégicos, para hacer caso a los que le pedía su corazón movidos por el espíritu navideño. Incluso el fútbol estuvo por encima de muchas cosas, exactamente de todas menos una: La humanidad.


Sergio Vázquez Jodar

El Iniestazo en Twitter


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