Balones fuera

El 30 de enero de este mismo año, en Pamplona comenzó una “moda”, y no precisamente positiva. En un partido muy disputado entre Osasuna y Real Madrid, Camuñas adelanto a los rojillos en el minuto 62. A partir de ahí hubo las típicas pérdidas de tiempo, más o menos éticas. El problema no fueron las típicos parones largos en las faltas, ni las “extrañas” desapariciones de los recogepelotas, la novedad fue el lanzamiento continuo de balones al campo por parte de la afición. Esto cortaba todo el ritmo que intentaba darle el Real Madrid. Esta acción marcó una nueva tendencia, una nueva táctica para los partidos ajustados.

El segundo capítulo de esta vulgar táctica la vimos en La Romareda. El resultado era de 2-1 ante el Getafe cuando, de nuevo,  se lanzaron balones al campo. El entrenador del Getafe, Michel, se mostró muy indignado ante dicha situación, y dijo lo siguiente: “No es un final digno de una Liga como la española”. Y tiene toda la razón, no se puede pedir y hablar de Fair Play y luego llevar a cabo estas acciones. El juego limpio empieza en la afición, en el respeto por el rival, y el respeto al propio fútbol, y considero que esto no entra dentro de las bases del deporte.

Pues bien, esto no acaba aquí, tras dos lamentables demostraciones de dos aficiones como la del Osasuna y el Zaragoza, ayer vimos el último capítulo, y esperemos que el último. El escenario fue otro de los grandes campos de la Liga BBVA, y no fue otro que el Sánchez Pizjuán. Tras un buen comienzo por parte de los sevillistas, el Villarreal logró recortar la diferencia a un solo gol (3-2). En ese momento empezó todo, y esta vez no solamente por parte de la grada, sino también por parte de los recogepelotas. Diego López no recibía balones para poder sacar y se lanzaban hasta tres balones al campo, algunos por parte de los ya mencionados recogepelotas… Hay que recordar que esos “niños” encargados de los balones, son representantes directos del club, y probablemente actuaron así bajo la consigna de algún superior, lo que hace el tema incluso más vergonzoso.

Es triste que de un partido de fútbol lo más comentado sea un tema ajeno al juego, un tema extradeportivo. Pese a eso se puede sacar algo positivo de la situación de ayer, y son las duras críticas del presidente Del Nido y de Manzano contra su propio club, que piden sanciones ejemplares para evitar estos incidentes.

Actualmente la sanción por estas acciones es de 600 euros por balón. Teniendo en cuenta lo que económicamente significa clasificarse para Europa o permanecer en Primera, sale muy barato el lanzamiento de balones para cortar el partido.

Ahora que estamos en plena recta final esperemos que la federación haga algo con este tema, y tanto aficionados como clubes se den cuenta de que este no es el camino.




David Santos Merino
@daaviddd13

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