¡Iván, Iván, Iván de la Peña!

Barcelona, Lazio, Marsella, Barcelona, Lazio, Espanyol. 369 partidos en 16 temporadas, incluyendo Copa y competición europea. 25 goles ¿Puede un centrocampista de tendencia ofensiva ser recordado con estos datos? Pues de la Peña es y debe ser recordado como un gran jugador de fútbol. Como se deduce por las estadísticas anteriores, estas pueden haber sido su peor enemigo, junto con las lesiones.

Nacido en Santander el 6 de mayo de 1976, Iván de la Peña López se formó desde joven en la cantera del F.C. Barcelona, encabezando una generación de jóvenes talentos llamada La Quinta del Mini. Fue entonces cuando empezó a demostrar que tenía la personalidad que necesita un 'crack', además de un enorme talento. Su gran descubridor, Laureano Ruiz, se convirtió en su enemigo durante unos minutos. De la Peña nunca ha sido un jugador sacrificado en defensa, y es por eso que el entrenador del juvenil por aquel entonces le dijo:" Si no presionas, te saco". De la Peña siguió sin presionar, pero le tiró dos caños a su marcador. El joven centrocampista catalán se dirigió a su entrenador diciéndole:" Ahora sí me puedes sacar".

Otro entrenador que le marcó fue Johan Cruyff, ya que el técnico holandés le hizo debutar en el año 1995, con 19 años, anotando por cierto el 0-2 final contra el Valladolid. Un año después, se asentó en el equipo de la mano de Bobby Robson, aunque la marcha del entrenador inglés le perjudicó. De la Peña podía ser el doctor Jekyll o Mister Hyde. Los que admiraban su juego, resaltaban su visión de juego y su 'duende' especial. Los que le criticaban, se apoyaban en las desafortunadas estadísticas, en sus pérdidas de balón comprometidas y en su fragilidad ¡. En la temporada 1997/1998, uno de los entrenadores que se fijó en la parte mala de 'Lo Pelat' fue Van Gaal, un entrenador muy dado a las rotaciones. Esto hizo que el cántabro se quisiera buscar las castañas fuera del club azulgrana. Su destino fue la Lazio italiana, donde llegaría con la vitola de 'crack'. Eriksson, entrenador del club italiano en aquella época, le dio la titularidad, pero las lesiones empezaron a cebarse con el bueno de Iván. A partir de aquí dos cesiones sin éxito: al Olympique de Marsella y de nuevo al Barcelona, pero ambas sin suerte.

Cuando parecía que de la Peña iba a quedarse en eterna promesa, un Espanyol muy oportuno se interesó por este gran jugador que aún no había explotado. Paradójicamente, el centrocampista llegó al equipo perico cuando Clemente era el entrenador. El técnico vasco nunca ha tenido gran devoción por esta clase de jugadores, pero de la Peña fue clave para que el Espanyol salvase la temporada. 'El pequeño Buda' volvió a rendir a un gran nivel, lo que aprovechó su representante para ponerle el cartel de transferible, para que diera el salto a un club mayor. Pero le quiso vender por un precio demasiado alto, y no consiguió cerrar ningún acuerdo, cosa que acabó con de la Peña apartado del equipo. Estamos en la temporada 2003/2004, con un Espanyol pasándolas canutas para mantenerse en Primera. Fue entonces cuando Luis Fernández precisó de los servicios del jugón. Las asistencias del '23' y los goles de Tamudo sirvieron para que los blanquiazules siguieran otro año más en Primera División. La temporada 2004/2005 empezó y acabó de la mejor manera posible. De la Peña contaba al 100% para el Espanyol, el cual se acabó clasificando para jugar la UEFA. Esta temporada no pasó desapercibida para Luís Aragonés. 'El Sabio de Hortaleza' premió a De la Peña con su primera convocatoria para la selección.

Ya en la temporada 2005/2006, de nuevo un Espanyol irregular volvió a coquetear con el descenso. Las lesiones de Tamudo, los piques con el míster perico de aquel momento -Lotina-, y la capacidad de  los rivales de anular a de la Peña, fueron aspectos claves para que el Espanyol no mantuviera el nivel de la temporada anterior. No obstante, la sorpresa fue la Copa del Rey, donde el conjunto catalán se alzó con el trofeo, lo que le daba derecho a volver a disputar la UEFA. Una UEFA que todos los aficionados pericos disfrutarían mucho, ya que llegarían a disputar la final, perdiéndola en unos dolorosos penaltis contra el Sevilla.

Las lesiones volvieron a su carrera, aunque en la temporada 2008/2009 volvería en el mejor momento. Un Espanyol que llegó a ser entrenado hasta por tres entrenadores, lo tenía muy difícil para mantener la categoría. Pero una remontada espectacular libró al Espanyol del infierno de la Segunda División. Iván volvió a ser importante, esta vez no solo por su juego, sino también por su goles, como por ejemplo los dos que anotó en el Camp Nou para darle la victoria al Espanyol. Esos fueron los últimos momentos dulces que viviría de la Peña. A partir de ese momento, apariciones más que contadas, y mucha irregularidad. Cuando podía jugar, le resultaba muy difícil coger la forma.

Sus palabras en la rueda de prensa en la que anunció su retirada fueron: " Mi cabeza quiere seguir, pero mi cuerpo no puede más". Nadie podría haber resumido mejor su situación. Además podemos establecer un símil entre esta frase y su forma de jugar. De la Peña ha sido un jugador de poco recorrido, solo le hacía falta levantar la cabeza para hilvanar una perfecta jugada. Era de esos jugadores que 'corría con la cabeza'.

Muchos dicen ahora que de la Peña hubiera sido ahora más laureado, al estar rodeado de los Xavi, Iniesta y Messi. Eso nunca lo sabremos. Lo que sí que sabemos es que es un jugador de los que no abundan, un mago sobre el césped que debe ser reconocido como un romántico del fútbol español, que lo fue cuando más difícil era serlo.

Os dejamos por último el emotivo adiós de Iván en rueda de prensa. Bien hace en agradecer todo el apoyo brindado por el Espanyol, ya que le permitió volver a sentirse futbolista.

Sergio Vázquez Jodar

@Sergiovazquez14

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