El año 2002 se disputó el Mundial de Corea y Japón, era el primero en toda la historia organizado por dos países y el primero realizado en Asia. Con esto el gran continente se hacía conocer futbolísticamente en todo el mundo y tal vez esto marcaría los pases de algunos partidos.
Se volvía a plantar España en cuartos de final, después de vencer a Irlanda en un intenso partido que acabaría en los penaltis y que ya comentamos en El Iniestazo, se enfrentaba a la anfitriona Corea del Sur que eliminó nada más y nada menos que a Italia en la prórroga. Ambos equipos pues, venían de jugar 120 minutos, el tiempo era muy húmedo y sofocante y eso lo acabarían pagando en parte los jugadores dirigidos por José Antonio Camacho.
Corea presentaba un equipo físicamente muy bueno, bien preparado, veloz y resistente, además de un bloque muy compacto que mantuvo durante la mayor parte del partido, y es que Guss Hiddink, el seleccionador coreano en aquel entonces, sabía lo que podía dar de sí su equipo y que cartas jugaría contra un combinado que le gustaba mantener la posesión y profundizar su juego por bandas.
España parecía tener delante un rival asequible, pero una eliminatoria de cuartos en un Mundial no sabes nunca lo que puede ocurrir. Raúl el delantero estrella de la selección se había lesionado en el partido de octavos, y su compañero de ataque Diego Tristán tuvo esa mala suerte al inicio del torneo, así bien el ataque de ‘la Roja’ estaría comandado por Fernando Morientes.
El partido no tenía un dueño claro, el juego coreano se basaba en el balón largo y en una fuerte presión en la salida i la fase creativa de la Selección Española, esto incomodaba mucho el juego de España e intentaban realizar en muchas ocasiones jugadas más directas e internadas por la banda, sobretodo con un incisivo Joaquín. Las ocasiones más claras vinieron por parte española, la mayoría de ellas a balón parado. El jovencísimo Casillas no tuvo apenas que intervenir en todo el primer tiempo.
El guión del partido en la segunda parte apenas varió, España conseguía algo más de posesión y quizás lo mejor que hizo fue su defensa, muy seguros atrás en todo momento y sin complicarse en exceso. A pocos minutos del comienzo del segundo tiempo llegaría la primera polémica del partido, el árbitro del partido, Gamal al Ghandour, señaló una falta que provocó Joaquín en el lateral derecho del ataque español, ésta la picaría Javi de Pedro, el centro fue al interior del área donde un jugador coreano cabecearía en propia meta, pero el árbitro no dudó en señalar falta en ataque de Helguera sobre el jugador coreano, una falta más que dudosa y que podría haber sido el primer gol tan deseado por la Selección.
El partido empezó a tomar dureza, en una salida de un córner botado por los coreanos Casillas demostró sus reflejos ante un chute lanzado muy cerca del área pequeña. Camacho querría mantener el control del juego y para ello dio entrada a Mendieta que substituyó de Pedro. Quizás el cambio llegó tarde, aunque ni así parecía desatascar la telaraña coreana. Algún destello de Joaquín parecía despertar algo a los españoles, pero de nuevo el partido caía en una fase muy lenta, quizás marcado por el cansancio de ambos equipos. En la fase final de los 90 minutos el árbitro egipcio se dirigió hacia Hiddink para advertirle sobre su comportamiento, pero el suceso pareció ser un encuentro amistoso entre dos colegas, cuando Hiddink bromeando le ofrecía agua al colegiado i ambos se bofeteaban cariñosamente sus caras, esto no gustó nada a España e incluso hacía presagiar lo peor.
Con el resultado de 0-0 se llegó al final del tiempo reglamentario, ahora tocaba desgastarse todavía más, ambos equipos jugarían de nuevo 120 minutos pasara lo que pasara. Hiddink cambiaría de nuevo el orden de sus jugadores para afrontar una muy dura prórroga. Camacho por su parte quiso mantener la estabilidad, y aseguró sobretodo en defensa manteniendo así la línea de cuatro muy fija en la media hora restante.
Pero en este partido no parecían ser los jugadores los protagonistas, sino el conjunto arbitral, y sería al principio de la prórroga cuando una internada de Joaquín por banda derecha acabaría en un centro medido a la cabeza de Morientes que podía haber sido gol en el caso de que el linier no hubiese levantado el banderín indicando que el balón había salido, ese balón a penas tocó la línea de fondo, incluso los jugadores coreanos no hicieron gestos de protesta, cosa que evidenciaba lo sucedido, así bien el gol no subiría al marcador. La mala suerte además se cebaría con España minutos más tarde, cuando en un saque de banda rápido, Joaquín había encontrado a Morientes desmarcado en el área y éste golpeó el balón que daría en el palo, Mendieta no conseguiría aprovechar el rechace, de nuevo los mismos protagonistas, y de nuevo algo que impedía a ‘la Roja’ pasar a la semifinal.
No parecía ser el partido de España, pero todavía quedaban algunos minutos para intentarlo. El cansancio hacía mella en ambos conjuntos, y el conjunto arbitral no tardaría mucho en aparecer. Transcurridos pocos minutos de la segunda parte de la prórroga Morientes llevaba un contraataque cuando asistió a Luís Enrique para dejarlo solo delante del portero, pero la jugada quedó invalidada por un supuesto fuera de juego que señalo el colegiado. Los jugadores españoles se desesperaban ante tal suceso. El tiempo se agotaba, alguna jugada a balón parado hacía peligrar la portería coreana, el ritmo del partido bajaba cada vez más, en un último empujón España provocó un córner, pero el colegiado no dio tiempo para más y pitó el final de la prórroga en lo que podía haber sido la última ocasión del partido y con el 0-0 en el marcador se llegó al final.
Llegarían los penaltis, Casillas defendería de nuevo la meta española y Lee Woon-Jae lo haría por parte coreana. Hwang Sun-Hong lanzó el primero, el disparo fue malo, Casillas casi lo para, de hecho el balón tocó en sus brazos y se le escurrió por debajo, una lástima. Hierro igualaría para España. Los dos siguientes penaltis serían transformados por ambas selecciones, igualando la tanda en 3-3. El cuarto de Corea también fue transformado, sería Joaquín el que buscaría igualar la tanda, el mejor jugador del partido tenía la responsabilidad en sus botas, tiró el penalti algo flojo a su derecha y el portero se adelantó un poco y lo consiguió parar, si Corea anotaba el quinto y definitivo pasaría a la semifinal. Así sucedió Corea anotó su quinto penalti y pasó a la historia logrando su mejor posición en un Mundial.
El partido se llenó de mala suerte para ‘la Roja’, su mala suerte de cara a gol y su arbitraje en contra la atascaron en un bucle negativo que se fue dando a medida que pasaba el tiempo, y que llegaría a su culminación en la tanda de penaltis. Tal vez el conjunto arbitral no era de un nivel esperado para un Mundial, pero éste fue el que eligieron y sin duda condicionó el partido.
Òscar Raposo Aymerich
El Iniestazo en Twitter
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