La selección española no ilusionaba en aquellos años, y aún con más motivos después de la organización del mundial de 1982 y el mal papel que realizó España como anfitriona, eliminada en la fase de grupos. La victoria ante Malta fue como un cambio radical, como un punto de inflexión dentro de la selección y en los aficionados. Lo que sucedió esa noche fue como un soplo de aire fresco sobre los aficionados y los jugadores y también quitarse de encima una gran presión, que era de volver o no a decepcionar a todo un país, en este caso, sin clasificarse para la Eurocopa de 1984.
La fase de clasificación para la Eurocopa estaba compuesta por siete grupos. De cada grupo se clasificaba sólo el primero. En el grupo de España habían selecciones menores cómo Islandia, Malta y Irlanda y la otra que completaba el grupo era Holanda. España se había dejado puntos perdiendo contra Holanda (3-1) en los Países Bajos y empatando en Irlanda(3-3), lo cual la situaba segunda de grupo empatada a puntos con Holanda pero con la diferencia de goles en contra. Una diferencia de goles muy amplia.
En la última jornada de la fase de grupos, venía la selección de Malta a España, a disputar el partido al Benito Villamarín de Sevilla. España, si quería tener opciones de clasificarse para la Eurocopa tenía que ganar por 11 goles de diferencia, un resultado casi imposible, una gesta muy lejana y difícil. Ganar por 11 goles de diferencia era la única posibilidad de superar a los holandeses y recuperar la diferencia de goles a favor.
España se enfrentaba a una selección inferior, la mayoría de jugadores eran de nivel amateur. Sólo tenían un jugador profesional en sus filas, un tal John Bonello que militaba en el modesto y pequeño SC Herford alemán. Meterle 11 goles a Malta parecía misión imposible, y con más razón después de haber vencido a Malta en la ida- seis meses antes- por tan sólo 2-3 y con muchas dificultades. A parte hubo una gran movilización de los medios de comunicación con una actitud muy pesimista respecto al partido y a la posibilidad de ganar por esa diferencia, y por otro lado, la afición ya daba por sentada la no clasificación para la Eurocopa.
El partido empezó a las 20:30 del miércoles 21 de diciembre de 1983. A pesar de la dificultad y la dura tarea de endosar 11 goles a Malta, el equipo español salió desde el primer minuto a intentarlo. En los primeros minutos de partido la selección recibió un duro golpe al fallar un penalti por Señor y no fue hasta el minuto 15 cuando España metió el primer gol con remate de Santillana de cabeza. Malta planteó un partido con 5 defensas atrás para evitar la goleada, se dedicaron sólo a defender y en el primer chute que tuvieron a puerta empataron el partido. Era el minuto 24 de la primera parte y con 25 minutos menos de juego, España tenía que empezar otra vez de cero, marcar 11 goles. Todo se había puesto aún mas cuesta arriba y con mucho menos tiempo.
Pero fue a partir de aquí cuando empezó la gesta, dos minutos más tarde España se adelantaba en el marcador otra vez a través de Santillana y en el 29 Santillana completaba su hattrick. Este fue el resultado al final de la primera parte. El equipo necesitaba marcar nueve goles en 45 minutos. Sólo empezar, Rincón metió el cuarto y a partir de aquí se fueron sucediendo los goles en un margen muy escaso de minutos. En el 57, Rincón volvía a anotar, en el 62 y el 63 marcó Maceda dos goles seguidos, en el 64 Rincón consiguió otro gol para su cuenta, en el 76 Santillana metía su cuarto, en el 78 Rincón anotaba su cuarto. Quedaban diez minutos y aun dos goles por delante. Sarabia anotó el 11-1 en el 81 y el destino quiso que el gol número 12 lo marcara el que había fallado el penalti en los primeros minutos, Señor.
Fue el partido de la gesta y de la furia roja. España desplegó una casta y una lucha que encandiló a la afición y se superó a sí misma para poder clasificarse para la Eurocopa, una Eurocopa en la que España quedo finalista.
Carlos Camacho Rabanete
El Iniestazo en Twitter
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